sábado, 1 de octubre de 2016

No violencia

Hubo una vez un lugar
escondido tras las nieves
donde cantaba el jilguero
su alegría en los laureles

Fue antes de la avaricia
de los miedos y el recelo
antes de que la comuna
perdió su sitio en el cielo

Yo escuchaba en muchas tardes
la melodía del viento
iba corriendo a los montes
queriendo hallar aquel pueblo

Ciertas sonrisas llegaban
recordando ese momento
ciertas miradas miraban
con nostalgia de otro tiempo

Hube de apartar la tierra
que sepultaba mi alma
siguiendo en la noche negra
esta llama de esperanza

Yo era presa, sin saberlo
de una sombría venganza
de la vida hacia su centro
de la vida separada

Quería arreglar las cosas
con la ira y enojada
arremetía lo injusto
mis batallas fracasaban

Fue una mañana suave
que advertí mi propia trampa
se alargaba el hilo puro
de lo que es La Enseñanza

Al ver la dicotomía del rechazo y el afecto
pude escuchar a mi Guía
que me decía: Yo acepto

En un momento saltó por los aires
mi torpeza, mi tozuda insensatez
y mi enfadada ballesta
en el río abandoné

Decidí tomar la capa del silencio
no actuar en más contiendas siendo parte
continuar mi camino recibiendo
así el saludo fraterno
así la ofensa
y agradecí a mi Maestro 
¡Descubrí la No Violencia!






















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