La ciudad donde el dorado
sol poniente
derrama su copa en oro
y van los pájaros
contemplamos
el futuro del origen en la fuente
ya el corazón liberado
El lirio abonó la tierra seca y dura
con su fragancia de montes conservados
en el beso de la nieve blanca y pura
Despertaron los caminos del olivo
en la noche las estrellas se agruparon
El fuego que existe solo, danza aérea
el sagrado mensajero del sentido
sabe quemar las torpezas
Ahora, aquí junto al despertar de lo radiante
quiero fijar la señal
sonreír en el silencio de la tarde
vivir en la eternidad.
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