lunes, 20 de diciembre de 2010

De los montes

En el alto camino enfilado sobre nieve
el cielo extenso brilla
la estrella resplandece
Llegando el peregrino a tierras extrañas
sabe que busca el cielo de una ciudad lejana
En la noche va su aliento vislumbrando va su alma
y tocando zonas claras de un despertar elegido
se pregunta por sus fuerzas para seguir el sendero
y va con los pies helados
pero el corazón altivo.
Encuentra a una india fuerte como una diosa de alturas
que trae el calor de un pueblo tejido en tardes de sol
y en su abrazo mil amores de flores y pájaros crece
Las constelaciones danzan al sentir la dicha plena
y una hilera de diamantes renace y se despereza
De un tiempo que no es el tiempo
si no el canto de mil almas
Su sonrisa es fuego antiguo como el mundo y la pradera
y su calor es encuentro de la más honda esperanza.

jueves, 9 de diciembre de 2010

Siempre, ahora

Reconozco en mi vida tu señal luminosa
es un hilo vibrante recorriendo mis días
una estrella en la noche marcándome un lugar
un perfume en el aire expandiendo la aurora
una rosa prístina que me impulsa a buscar
más allá de mi vida y de todas sus cosas
más allá de mis sueños y de todo mi afán.
Yo cabalgo en las venas de mi alma sonora
oigo los pensamientos en voces de metal
y te doy mi canción que emerge de las olas
como pájaro azul que atraviesa este mar
de tiempos y de vidas
de pérdidas que son olvidos nada más
pues recorro en el hilo cada historia vivida
cada intento de ver lo que nunca se va.
En cada impulso late tu presencia y la anima
en el suave lamento y en cada despertar
en que sigo tejiendo tu palabra divina
y queriendo saber tu rostro universal.
Yo renazco de mi cuando toco tus alas
y soy alas y viento empujado a llegar.