La recogí una mañana de febrero
nunca pierde su fragancia
llegó en las alas del cielo
Se abre en pétalos que cantan
tardes posibles y encuentros
en los espacios del alma
en coordenadas sin tiempo
Son sus letras viva danza
en mi corazón fluyendo
y en su centro hay una estrella
que va alegrando mis dedos.
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