lunes, 1 de enero de 2018

Liviandad

A veces escucho un pájaro
casi lo veo llegar
su aleteo me conmueve 
y en mis hombros 
siento sus alas venir
Grandes alas que me llevan
a un espacio que se amplía en una esfera sin fin
Luz alegre que en las ramas sopla viento y porvenir
Todo aquí
Pues mi corazón resuelve
un acertijo divino
momento de gracia pura
fino silencio, frescura
Un encuentro en la montaña más recóndita
una suave oscuridad
que se eleva perfumada como una flecha lanzada
hasta tocar su verdad.











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