Plumas, galopando en caballos de sol
por las cimas de roca dorada las sandalias circulan la tierra
y las manos recogen el agua de la fuente que nos alimenta.
La sonrisa amanece en un beso y la espiga de oro se alza
la amapola se agita en el viento y bendice la lluvia las plantas.
Plumas, negras plumas suaves y claras que se acercan volando
a los dedos…
y es el rapto de los corazones
la certeza de los pensamientos
la mirada que encuentra su origen
la belleza de todos los hechos.
Es el triunfo de la primavera
que corona de estrellas la flor
el retorno del fuego a la era
renacido en eterno calor
fuego puro elevado en la arena
magia viva en tu voz y mi voz.
Son las voces plumas azuladas
blancas plumas que escriben un pueblo
tu caricia despierta mis alas
doy un salto y estoy en el cielo.
Bellísmo, Ardaire. Esas plumas tan necesarias para aliviar y elevar.
ResponderEliminarAbrazos
Mientras escribías, remontaste vuelo. Eso es lo que sentí al leerte!
ResponderEliminarMágica inspiración que nos eleva y nos vuelve livianos, mas allá de los pesares.
Besos.
... he empezado con tres adjetivos este comentario. Ninguno de los tres me parece justo; se quedan por debajo de lo que mereces.
ResponderEliminarLo que más me gusta de tí es que sacas los versos de lo natural, de las hojas, del aire, del cielo, de las flores,... vamos, de donde existe.
Un beso, cercano.
Tú eres parte del cielo.
ResponderEliminarPara escribir así hay que llevarlo dentro.
Besos.
Que bonito Ardaire!!! "galopando en caballos de sol por las cimas de roca dorada" más los hilos de aire, más la brisa, que placer!!!!!
ResponderEliminarUn abrazo
Silvia
Siempre es preciosa una poesía que canta al triunfo de la primavera
ResponderEliminarArdaire que honor tan grande le has dado a esta entrada de la primavera, la has visto cabalgar majestuosamente por esta parte del mundo.
ResponderEliminarbesitos
luna
Cuanta belleza !!!
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