viernes, 16 de septiembre de 2016

Vivir en la eternidad

La ciudad donde el dorado
sol poniente
derrama su copa en oro
y van los pájaros
contemplamos
el futuro del origen en la fuente
ya el corazón liberado

El lirio abonó la tierra seca y dura
con su fragancia de montes conservados
en el beso de la nieve blanca y pura

Despertaron los caminos del olivo
en la noche las estrellas se agruparon

El fuego que existe solo, danza aérea
el sagrado mensajero del sentido
sabe quemar las torpezas

Ahora, aquí junto al despertar de lo radiante
quiero fijar la señal
sonreír en el silencio de la tarde
vivir en la eternidad.










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