Sí, decidimos bailar justo en el límite
un poco antes de que el corazón estalle en mil pedazos
Observando la noche y venciendo el espanto
ajenos a nada registrable
pero mirando alto
Allá el viento nos envuelve en su capa protectora
empujando más lejos la vibración sonora
que late en las arterias galopando
Un hilo fino y puro, extendido y metálico
atraviesa en el alma justo el centro
soplando lo impensado
No se trata de huir del mundo denso
ni de negar el tono no afinado
lo que queremos es, con luz resuelta
orientar nuestras velas
hacia el tiempo dorado.
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