Son tus ojos la puerta para entrar en un salto
a beber el poema que siempre voy buscando
¡Vibraciones de flores, alegría de pájaros!
Tú me miras sabiendo que yo te estoy mirando
y ese punto de encuentro es el centro más alto
Llegas con luz de estrellas, viajero del espacio
y mis hombros se funden al contacto
me derrito en los ríos y renazco jugando
en la lluvia de iris que despierta los campos
Te miro y me recuerdo
descartando el cansancio
No hay excusas
tu mirada me rinde de mi lucha
¡Pues Tú sabes la sal de mi fortuna
y tus velas ondean en mi blanco!
Argo, de Konstantinos Volanakis.
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