martes, 29 de septiembre de 2020

Mi alimento

 Me alimenté de ti, aire
sol de mi mañana y de mi tarde
de ti, olivo centenario
de ti, estrella
que brillando
¡cuántos sueños cantaste!
De ti, lirio
de ti, hermano
de ti camino, subiendo a las montañas
mar, abierto en velas blancas
hermana, de ti
de las esperanzas que volaban
de los días viajeros, de las risas
de los cuentos
del fuego
de la noche asomada al pensamiento
de aquellos, de todos ellos
precursores de vientos, de futuros
me alimenté del oro en la capa flamante
de un mito que llegaba cruzando las paredes
de la gracia de un mago
que sabía los nombres de todos los recuerdos
los más hondos, los de antes
los de adentro del tiempo
De su abrazo entrañable
de su voz de misterio
que me abría las calles
que me abría los cielos
Si, ese fue mi alimento
como luz, como aire
Esto me llevaré
esto debe impulsarme
correré, lo presiento
nuevos ríos y valles
saltaré, en el intento
a doradas ciudades
y veré, nuevamente
y sabré adivinarte
Correré con las flores
que serán esenciales
con los dedos amigos
tocaremos paisajes
nuevos en el horizonte

sueños que serán reales.

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