sábado, 11 de julio de 2020

A veces, debo cantar

Digo que la realidad se continúa
que en lo profundo, guardado
hay un reino.
Debo cantar
para nutrir a los campos de los vientos
mientras contemplo que Tú
eres mi mismo futuro
y mi jardín en los cielos.
Tú, a quien nombro sin palabras
en los limites del tiempo
a quien llamo en la distancia
a quien abrazo en silencio.
Tu rostro es la estrella alta
que guía mis pensamientos
y tus manos son el agua
la alegría de mis dedos.
Veo tu rostro en la entrada
de los últimos misterios
y mi amor es la esperanza
de alcanzar el mundo eterno.
Mi sonrisa es confianza
mis palabras, un reguero
para mis hombros, mi espalda
en el empinado ascenso.
Cae la noche
y el día, se continúa queriendo
Tú llegas a mis entrañas
me amaneces en luceros
me atraviesas y me cambias
y me traes el alimento.
Me desnudo de las hojas
y me deslizo hacia adentro
allí estoy, que Tú me llamas
porque Yo siempre te quiero.

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