martes, 9 de abril de 2019

El corazón eterno

No sabía que me esperaban 
las ramas abiertas de aquel jardín
ancho y profundo
Alto iba yo volando
en aquella luz feliz
Y como la nieve pura
al mirar por la ventana
cuando llega la mañana
se une el principio y el fin
O cuando voy a las cañas
miro el cielo carmesí
reflejándose en el agua
del río que conocí
en la antigüedad lejana
Pero aquí
las telas el sol traspasa
y en la doradas montañas
este camino seguí
Bombeaba el corazón a mil por hora
una forma de decir
que allí la blanca paloma
se despertó con la aurora
y que yo lo comprendí
Supe acertar el momento
en que la frente besó
la puerta abierta del cielo
y tejí una nueva rama
de florecidos almendros
para ir a tu ventana
y decirte que era cierto
que la nieve que llegaba
que las estrellas corriendo
y las vigorosas cañas
y los cantares risueños
son la palabra que vive
en el corazón eterno.

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