Tiene el fuego la fuerza de un poema
que en su destino se construye
eligiendo la verdad que se completa
un movimiento consciente
que permite ver la luz
Una ola que se alcanza
y se retiene queriéndose
al verse
Una danza en el ocaso
que toma el sol con las manos
un beso a la eternidad
que se rescata de un sueño milenario
Forjándose en la fragua de las flores perfumadas
sabiendo que en el amor fluye la esencia sagrada
la savia del corazón, sus finos hilos
que capaces del milagro, alegres marchan
al permanente destino de una vida supra humana
Por tanto, tiene la clave el lucero más recóndito
el más profundo querer es el camino
y en cada paso afirmar esta verdad
es entrar a la unidad del ser divino.
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