Es como una telaraña una red una relación establecida en donde cada movimiento sigue el ritmo de un reloj mecánico yo estoy dentro huyendo y atrapando Condenada a la frustración miro mis manos, vacías y nunca llego pues que todo se mueve cuando me muevo Soy una niña este mundo se me hace pesado un desencaje infinito corriendo a la deriva ¿dónde está el Paraíso? Ahora, tendida en la derrota de la tierra húmeda cercana al barro las estrellas giran y llega desde lejos un aire cálido Escucha, me dice hay un lugar posible un fuego y una antorcha un modo de cambiar
Precisamente ahí en el punto central de tu fracaso empieza el día nuevo
Tú quieres conversar convertir el reloj y sus dictados en tu tiempo de dicha solo así triunfarás
Ya conoces los astros su rotar está escrito y tu estrella se aleja según las estaciones dile, naturaleza o mecánico ciclo Eres el microcosmos, ya lo has visto pero tienes un centro y buscas la certeza del encaje infinito El tiempo de la luz, donde todo es belleza se alarga como un hilo te acerca la grandeza de todo en uno mismo tú con nada te quedas dejando lo has tenido
Asi, sencillamente, te resumo la fórmula que rompe las cadenas: Deja todo en su sitio, eso es desposesión Ven aquí, donde Somos el calor que funde las tinieblas el sol amable y puro el río plateado en los caminos los puentes encendidos de color
Ven aquí, en el recodo dejando que las cosas de la vida tengan su día propio Concentrate en el modo y recuerda mi fórmula: Si logras alcanzar el día nuevo nacerá un Universo.
Tiene el fuego la fuerza de un poema que en su destino se construye eligiendo la verdad que se completa un movimiento consciente que permite ver la luz Una ola que se alcanza y se retiene queriéndose al verse Una danza en el ocaso que toma el sol con las manos un beso a la eternidad que se rescata de un sueño milenario Forjándose en la fragua de las flores perfumadas sabiendo que en el amor fluye la esencia sagrada la savia del corazón, sus finos hilos que capaces del milagro, alegres marchan al permanente destino de una vida supra humana
Por tanto, tiene la clave el lucero más recóndito el más profundo querer es el camino y en cada paso afirmar esta verdad es entrar a la unidad del ser divino.
Hay en ti una luz queriendo realizarse queriendo ser la luz sobre todas las cosas no dejando que haya cosa que la oscurezca ni que la enfríe, ni que la apague Porque esa luz tuya me parece tu esencia y la veo brillar más allá de tus circunstancias y eso me gusta de ti porque esa luz me hermana y no te detengo ni te clasifico y así es como te quiero humano esencial y luz en movimiento Por eso miro al fondo de tus ojos por eso intento captarte en tu aventura porque quiero para ti lo que yo más deseo que triunfe la vida!
Al entrar vi crecer la hierba y me vi como una niña corriendo por las praderas Un sol espléndido me inundaba de energía mis ropas al viento, mis cabellos al viento corría sin huir de nada, sin buscar más cosa que seguir al sol Llegué hasta el centro mismo de la gran esfera me acerqué a las montañas sagradas a la ciudad escondida escuché las fuentes alegres y blancas contemplé las ramas de los primemos árboles El jardín amplio, equilibrado y radiante de todo lo construido Y allí me detuve un momento Y entonces le llame y entonces le Vi.
Un avance hacia otro modo donde tú te configuras donde eliges lo que amas del aporte de la vida Un impacto luminoso deshecha todas las dudas la fusión de lo grandioso se alza radiante y te guía Se agotaron las creencias de un sistema sin salida un pensamiento dichoso es aquel que a ti te anima
Bebe en la Fuente Sagrada vas creciendo hacia ti misma eres Proyecto, lanzada a tu plenitud querida Todo lo que ha de venir tiene la señal divina así pues, toma el azar salto alto, ríe y mira!
A veces escucho un pájaro casi lo veo llegar su aleteo me conmueve y en mis hombros siento sus alas venir Grandes alas que me llevan a un espacio que se amplía en una esfera sin fin Luz alegre que en las ramas sopla viento y porvenir Todo aquí Pues mi corazón resuelve un acertijo divino momento de gracia pura fino silencio, frescura Un encuentro en la montaña más recóndita una suave oscuridad que se eleva perfumada como una flecha lanzada hasta tocar su verdad.