La brisa marina
el sol de los pueblos
banderitas de colores en las calles
las flores cuidadas por manos cariñosas
el mar abierto
las espumosas olas
la arena
la noche y las estrellas
el fuego...
La guerra, lo terrible, lo oscuro
el frío
la soledad
la tempestad
lo abominable
Un lugar para poder orar
para pedir por la luz suave
para elevarse sin evadirse
para reconfortarse
para sentir la hermandad
un lugar para entrar al recinto sagrado
para encontrar el punto
entre el llanto y la risa
para no desfallecer de pena
ni emborracharse de hastío
para no sucumbir al cinismo
para cuidar la existencia
para encender la hoguera
en la noche estrellada
para que el puro fuego
el que vive de si
el que tiene la magia
para que vuelva al pueblo.
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