jueves, 21 de julio de 2016

Y así aprendí a reír

La noche me encontró con su húmedo manto
y lloré por la pérdida de la puesta de sol
en el jardín antiguo de los cantos
enlutó el corazón

Fina arena en el fondo subterráneo
desnuda levedad entregada y vencida
encuentro en la sustancia
tibio llanto 
despertando el recuerdo de una orilla
donde desprovista y sin nada que objetar
habiendo ya arreglado mis asuntos
y atravesado el mar 
me sentí como nunca:¡Ligera y radical!

Fue después de haber muerto, por ventura
y suerte para mi
que llegó de los tiempos su Figura
y a mi me dijo así

-Suficiente el soplido de la estepa nevada
la precisa mirada a través del cristal-

Y así aprendí a reír, y así empecé a volar...






 







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