Y la caricia del cielo, tan suave
sopla en las hojas cual viento
que rozando el pensamiento
trae el aire
La alegría de la vida, tan recóndita
es una estrella en la frente cuando sale
el sol en su plena esfera
¡Luz tan honda!
Y la palabra sagrada es ondeante
como las velas de un barco que regresa
en un mar que se abre claro, sin sospecha
entregado a la aventura de crearse.
Dulce y fresca esa caricia. Un beso.
ResponderEliminarPrecioso poema.
Gracias amiga. Besos para ti
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