Te quiero dar las gracias
pues tu hilo de luz no solo llega a mi
continúa
y es un cable potente que me eleva
y así yo puedo, sí prolongarlo
Qué belleza palpita en las células
del nuevo ser que empieza
rompiendo lentamente la torpeza
liberando lo que guarda el futuro en su memoria
Debo y quiero alegrarme por esta clara aurora
que anunciaba ya el día en que te vi
remontando las olas de mares olvidados
Qué poema infinito regalaste a la vida sedienta
y aprendiendo a labrar fue volviendo la tierra
a florecer, a reencontrarse
con la espiga dorada de tus velas
Canción larga de vientos mensajeros
de estrelladas estepas
tiempo para volver al río
y desvelar la senda
Y siempre alejando las sombras enemigas
con la luz de la antorcha levantada
así crezco porque tú creces
tal es el pueblo mio.
Me imagino ese pueblo mental en medio de una espléndida naturaleza de aire puro y aguas cristalinas donde todas las criaturas festejan la vida...
ResponderEliminarAbrazo.