Entre grandes columnas te encontré la entrada a un mar antiguo que en sus olas de espuma desprendía la sal de tantos siglos Y al mirarte de nuevo, recordé los milenios dormidos Salté yo fulminada de mi estrecho y opaco laberinto como el sol se tornó todo al momento fluyendo en oro líquido y viví la expansión desde el comienzo en todos mis principios Yo corría en mis células abiertas ondeando las ramas respiraba las torres antiquísimas de una tierra lejana Yo me regocijaba con el hilo suave de la brisa abriendo la mañana con las nobles figuras de los signos volando entre cañadas.
Una flor que se abre un viaje en el tiempo hacia atrás y adelante encajando las formas precisas cual cristales de aire
Y la luz en su danza va tejiendo su baile
Un diamante perfecto escondido en el centro del alma puro y entrañable Una historia viviente un relato de aroma y de pétalos componiendo un paisaje Y la brisa suave el sedoso abrazo del silencio el que todo lo sabe.
Debo cantar futuro fortalecer el santuario unir mi corazón al corazón que clama a la bella esperanza de vivir como hermanos He perdido todas las guerras en todas las batallas que abren los abismos he ganado la conciencia la coherencia y el derecho a cantar al día de lo humano Ya solo me convence el poeta el que ama sin trampas el reino de la compasión
Yo sola en mi grandeza no necesito máscaras ni enemigos ni patrias pues mi patria es el sol que se expande y me salva.