Aparecen de pronto en medio de la nada liberando en sus notas a la Musa Sagrada La ciudad permanece fría e indiferente pero siempre hay un niño en algún corazón dispuesto a convencerse de que se pueda entrar por La Puerta del Sol o llegar a la Plaza Real de las palmeras o pegar cuatro pasos por el Paseo de Gracia hasta tocar la esencia de la Gracia Mayor Ellos siempre cabalgan cruzando las paredes ellos no tienen casa ellos nunca se quedan Ellos van a las fiestas sonriendo en silencio ya que bailan su danza donde gira la tierra ellos siempre se marchan dejándote en el alma un suspiro de estrellas.
Antes, antes de aquel entonces sobre los pies desnudos aún flotando entre esferas posibles acercaste una pluma que recogí en el viento de mis manos. Latía el corazón sobre un antiguo mar aún sin definirse los días descansaban Dónde florecía la luz en formas que al vibrar expresaban tu canto sobre el lienzo del mundo que ibas perfilando. Supe de Ti en las tardes del cielo dibujado por el pincel brillante que juega con las formas en el lirio sereno absorbí tu principio y te seguí buscando en todas las señales que escribes con tus letras en cada amanecer. El lamento era largo capaz de recorrer distancias insondables la noche podía ser una capa de mago también una mirada al propio corazón el lamento era largo capaz de transformar la roca en un diamante.
Yo también, a veces, veo eso nuevo ahora sintiendo que he vivido antes ya ese momento. A veces en las tardes contemplando el crepúsculo yo recuerdo un lugar al que sé que no he ido y escucho el aleteo de aves de metal y de extraños sonidos. Me llega una luz clara que me toca y se marcha Y yo quiero volar Y besar ese hilo.